La filtración biológica es un proceso que ha demostrado ser efectivo para reducir la cantidad de contaminantes en el agua. Esta técnica implica promover el crecimiento de microorganismos beneficiosos, como bacterias y hongos, que pueden descomponer compuestos orgánicos, compuestos orgánicos volátiles (COV), demanda bioquímica de oxígeno (DBO), demanda química de oxígeno (DQO) y sólidos suspendidos en componentes inofensivos. Este método de tratamiento de aguas residuales requiere un monitoreo y control cuidadoso para garantizar que se realice correctamente, pero cuando se hace de manera adecuada, puede proporcionar una forma eficaz de reducir los contaminantes del agua.

La filtración biológica es un método altamente eficiente para la purificación del agua, ya que utiliza procesos naturales para descomponer impurezas y contaminantes en componentes más simples. A través de la biodegradación, las moléculas complejas en el agua se descomponen en moléculas más pequeñas, reduciendo su toxicidad y mejorando la oxigenación del líquido. Además, este proceso también ayuda a remediar los compuestos de putrefacción en el agua, eliminando olores y mejorando su calidad en general.